La tercera temporada de Paulo Dybala en Juventus navega entre luces y sombras. Del inicio en modo PlayStation, a la regresión. De la lesión, a la recuperación a toda velocidad. Si la Vecchia Signora conquista su séptimo título consecutivo, el gol agónico del argentino ante Lazio se convertirá automáticamente en la foto del Scudetto. Sin embargo, en el fútbol, especialmente en Turín, no se vive de recuerdos. Es por eso que las actuaciones recientes del número 10 contra Sampdoria y Crotone podrían desembocar en su suplencia de cara al choque decisivo del domingo ante Napoli, como local, en el cual la Juve no puede darse el lujo de fallar.

La pelota la tiene Massimiliano Allegri, el responsable de encontrar el mejor once posible. No deberían surgir grandes novedades en términos de sistema de juego. Con el 4-3-3 de moda, sólo resta definir los actores ofensivos; o mejor dicho, quién completará el tridente que tiene como titulares seguros a Douglas Costa y Gonzalo Higuaín. El cupo se lo disputan Dybala y el croata Mario Mandzukic, quien vuelve tras ser baja por una gastroenteritis. Un retorno vital, aún más teniendo en cuenta su actuación en Madrid, donde dio una muestra de personalidad pese a la eliminación final. Lo ocurrido en el Bernabéu ha enseñado mucho. Por lo que el DT podría parar en cancha el mismo equipo pero sin el lesionado Di Sciglio. Aunque todavía es una hipótesis, esa parece la más posibilidad más firme.

Dybala, por su parte, se esperanza con encontrar un hueco en ese trío. En este sentido, Allegri tomará la decisión definitiva recién el domingo por la mañana. Aunque al técnico no le guste hablar de números, existen problemas de convivencia en ese 4-3-3 y se nota claramente. Nada de qué preocuparse porque lo que cuenta exclusivamente es la calidad de los intérpretes. Y porque además ahora no hay tiempo para resolverlo. Con un poco de sano pragmatismo, Max tomará la decisión final. Y no sorprendería ver al argentino sentado en el banco.

Sin embargo, la Juventus cree firmemente en Dybala, y por este motivo se encamina a cerrar nuevamente la puerta a cualquier oferta que pueda llegar. En los últimos meses, sin ir más lejos, Barcelona había evaluado la posibilidad de confiarle a la Joya el lugar vacante que dejó Neymar. Pero para ello, hay que hacer cuentas -en el verdadero sentido de la palabra- con la Vecchia Signora. Y, valiéndose de un solidez financiera envidiable, la Juve normalmente vende sólo una pieza preciosa al año.

Del mismo modo, no interesan las consultas que puedan llegar desde Paris Saint-Germain o Manchester United. La sensación es que, apuntando a la próxima Champions League, Juventus quiere hacer de Dybala un punto de referencia dentro y fuera del rectángulo de juego.