El que pensaba que Uruguay iba a tener un debut accesible, tendrá que volverlo a pensar. La Celeste tuvo que parir el partido ante Egipto y, aunque mereció ganar, terminó llevándose una victoria ajustada ante un seleccionado africano que demostró no ser solo lo que puede aportar Mohamed Salah.

Es cierto: si el conjunto del Maestro Tabárez no se llevó los tres puntos de Sochi por más goles es solo porque Luis Suárez tuvo un flojo rendimiento. Edison Cavani -la figura- le generó no menos de tres chances claras de gol para que el delantero de Barcelona defina, pero siempre terminó mal la jugada. Y también porque el de PSG pegó un tiro en el palo y porque El Shenawi, el arquero, sacó todo lo que le acertaron a su arco. Al menos hasta que Sánchez le puso un centro en la cabeza a Giménez para darle los tres puntos a su equipo.

A pesar de la derrota, Los Faraones demostraron que, aunque extrañan a su figura -con quien posiblemente podrán contar en el próximo encuentro, ante Rusia-, tienen varias virtudes que pueden permitirle soñar con pasar a la siguiente ronda. Son directos en ataque y Héctor Cúper encontró en Warda y Trezeguet, sus extremos, lo justo para generar algún peligro en el área de Muslera. Con el de Liverpool en cancha, la historia podría haber sido diferente.

Los uruguayos tendrán que enfrentarse a Arabia Saudita el próximo miércoles en Rostov y, tal vez, empezar a definir la clasificación a los octavos de final. Los egipcios, en cambio, tendrán que derrotar al local en San Petesburgo para no perder la ilusión.

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Fuente: OPTA