“Nunca cambiaré”, sonrió Lucas Torreira, rodeado de familiares y amigos de la infancia mientras disfrutaba de unos días en su casa en Fray Bentos durante las vacaciones de enero. Puede ser el mismo, pero todo alrededor del mediocampista de la Selección uruguaya está cambiando. “Es verdad, la gente me reconoce más ahora. En Uruguay nunca me conocieron como me fui tan joven”, le dijo a Ovación.

Torreira, de 22 años, se fue de casa a los 17, hizo las valijas para irse al Pescara en Italia incluso antes de haber debutado en su país. Un 10 que impresionó desde que se mudó a la capital para unirse a Montevideo Wanderers en 2013 y fue inmediatamente fichado por el club italiano, que no lo vio mucho antes que la Sampdoria.

El mediocampista uruguayo llegó a un acuerdo para ir a la Samp en julio de 2015, pero siguió en el Pescara una temporada más. En una tendencia cada vez más común en el fútbol europeo, Torreira siguió los pasos de jugadores como Leandro Paredes, ya que se convirtió de centrocampista ofensivo a defensivo. “Fue en un entrenamiento de pretemporada y el club me dijo que lo viera y me dijo: ‘Si no, lo enviaremos de regreso a Uruguay’. Vi en él inteligencia futbolística, personalidad, fuerza física… pero siempre quería la pelota a los pies. Entonces, le dije, ‘¿Por qué no juegas como centrocampista defensivo en lugar de como creador?’ Lo ascendí al primer equipo inmediatamente”, comentó el entrenador Massimo Oddo a La Repubblica.

Lucas Torreira Pescara Serie B 2016

Desde atrás, Torreira encontró el espacio que necesitaba para construir jugadas y llevó al Pescara a la promoción, ganando inmediatamente las comparaciones con un exjugador del club como Marco Verratti. El charrúa apenas es un poco más alto que el volante italiano y ha demostrado el mismo equilibrio, fuerza y creatividad que le valió a él para ir al PSG.

En la Sampdoria, retomó su carrera donde la había dejado y se convirtió en un mediocampista completo al añadirle capacidad defensiva y disciplina táctica a su juego, lo que le permitió ser un pilar del equipo genovés la temporada pasada. Terminó entre los diez mejores pasadores (1907 pases buenos) de la Serie A, además de ubicarse como el segundo futbolista con más entradas intentadas (101) y ganadas (73).

Como si no fuera suficiente, sólo cinco jugadores en el fútbol italiano recibieron más faltas que Torreira, que en la 2017/18 usó su cuerpo de manera impresionante para provocar faltas que después puede lanzar él mismo. De hecho, dos de sus cuatro goles de esta campaña llegaron de esa forma, incluido uno de los mejores goles del año con un increíble disparo de 30 metros contra el Chievo.

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“Si Torreira midiera 1,80, ya costaría 100 millones de euros y sería considerado uno de los jugadores más prometedores del mundo. Puede jugar en corto o largo, recupera la pelota, empieza el juego y siempre parece saber dónde estará la pelota. Irá a un club grande al que no le importa tanto su estatura”, dijo el entrenador de la Sampdoria, Marco Giampaolo, al Corriere dello Sport, meses antes de que el presidente de la institución, Massimo Ferrero, confirmara su traspaso al Arsenal a cambio de 30 millones de euros, el cual se hará oficial después de Rusia 2018.

Precisamente la Copa del Mundo está siendo el escenario perfecto para el salto a la fama de Torreira. Se ganó un lugar en la lista de convocados de Oscar Tabárez a último momento y en el Mundial fue de menos a más hasta transformarse en el motor del mediocampo uruguayo: ingresó 3 minutos en el debut frente a Egipto, jugó la última media hora contra Arabia Saudita y fue titular ante Rusia y Portugal, partido consagratorio en el que fue la sombra de Cristiano Ronaldo. “Necesitábamos un escalón entre los mediocampistas que estaban jugando y la defensa, y él se adaptó rápidamente”, explicó el Maestro acerca de su joven figura.

Aunque él insista en que nunca cambiará, todo parece indicar que después del Mundial será hora de otro cambio para Torreira, a quien lo espera un nuevo desafío en la Premier League.

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Fuente: OPTA