Cuando en Boca se conoció la baja de Giorgian De Arrascaeta por un desgarro para el duelo de ida de cuartos de final de la Copa Libertadores ante Cruzeiro, más de uno celebró por lo bajo. ¿Por qué? Porque el uruguayo de 24 años es, sin dudas, la figura más desequilibrante del conjunto brasileño.

Giorgian, que se llama así por un caballo de carreras que tenía su padre cuando era jinete y “no perdía nunca”, nació el 1 de junio de 1994 en Nuevo Berlín, una pequeña localidad uruguaya ubicada a 315 km. de Montevideo donde comenzó dando sus primeros pasos como futbolista jugando al baby fútbol en el Club Pescadores Unidos.

Arrascaeta Uruguai

Ya de adolescente, en 2009 se sumó a Defensor Sporting, donde debutó en Primera División el 21 de octubre de 2012 en el triunfo 3-1 ante Danubio. En ese entonces ya se veía que el charrúa sería un jugador sobresaliente, por su gran técnica y sus características en la ofensiva. Luego de afianzarse en el equipo de Montevideo (jugó 71 partidos y convirtió 20 goles), llegó el salto en su carrera: el 19 de enero de 2015, Cruzeiro confirmó la compra del 50% de su pase a cambio de cuatro millones de dólares. Su llegada a Belo Horizonte coincidió con sus primeros pasos en la Selección Mayor de Uruguay, en la que disputó una Copa América, Eliminatorias y el Mundial de Rusia, en el que disputó dos encuentros.

En Cruzeiro rápidamente se transformó en un jugador fundamental: acumula 178 partidos y 45 goles. Y, para dejar en claro lo importante que es, en febrero de este año el club brasileño renovó su vínculo hasta junio de 2021 y aumentó su cláusula de rescisión a 37 millones de dólares. Es que el uruguayo atrae miradas desde Europa, donde su nombre resuena no sólo por su juego, sino también porque hizo un golazo que está nominado al premio Puskás, por el que compite nada menos que con Messi, Cristiano Ronaldo, Bale y Salah, entre otros.