La segunda final de la Copa Libertadores se postergó y la Conmebol convocó a Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio a Asunción para definir este martes cuándo se jugará la revancha. Sin embargo, las intenciones del Xeneize son bien distintas: Boca realizó una presentación formal ante la Confederación Sudamericana en la que solicita que River sea sancionado con alguna de las penas establecidas en el Artículo 18 del Reglamento de Disciplina del ente continental. El objetivo de fondo del reclamo es que el Xeneize sea declarado campeón del certamen, en un pedido que está argumentado, entre otras cuestiones, en la sanción que recibió el club de la Ribera en 2015 tras el ataque con gas pimienta a los jugadores del Millonario en La Bombonera.

En aquella ocasión, luego de lo ocurrido en el partido de vuelta de los octavos de final, Boca fue descalificado del certamen continental, mientras que recibió leves sanciones para su estadio y su público (que luego, además, fueron reducidas en la recordada amnistía general de 2016). Pero, ¿es comparable aquella agresión, sufrida dentro del estadio y con el partido comenzado, con el ataque al micro del Xeneize de este sábado, que se produjo fuera de la cancha y algunas horas antes del pitazo inicial?

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Más allá de las apreciaciones personales sobre el asunto, la cuestión debe definirse por lo que dicen los reglamentos. Y en este caso, como es habitual, las reglas son los suficientemente ambiguas como para permitir la interpretación que cada club considere pertinente.

Que el ataque se haya producido en la previa del comienzo del partido es indistinto, porque el Reglamento Disciplinario de la Confederación establece que la expresión “antes del partido” refiere al “tiempo transcurrido desde la apertura de los portones del estadio hasta que el árbitro silbe el inicio”. Sin embargo, la cuestión entra en el ámbito interpretativo al analizar el aspecto del lugar donde ocurrió la agresión: el Artículo 8 del texto -que refiere a la “responsabilidad objetiva de los clubes”- determina que “las Asociaciones Miembro y clubes son responsables de la seguridad y del orden tanto en el interior como en las inmediaciones del estadio, antes, durante y después del partido”. Sin embargo, en ningún lado se explicita cómo quedan delimitadas “las inmediaciones” de una cancha.

Es esta cuestión la que utilizarán en River para deslindar su responsabilidad en lo ocurrido. Y el Millonario tiene un argumento para justificar su postura: en el documento que firmaron D’Onofrio y Angelici en la tarde del sábado para acordar la primera postergación de la final se explicita que el ataque al micro se produjo “a metros de ingresar al anillo de seguridad del Estadio del Club River Plate”, por lo que en Núñez consideran que en ese lugar la seguridad no era responsabilidad del club.

De todos modos, todo dependerá de lo que quiera interpretar la Unidad Disciplinaria de la Conmebol.