La última Copa del Mundo ganada por Francia en Rusia se destacó por un hecho puntual: la enorme cantidad de goles convertidos mediante jugadas de pelota parada. De hecho, el propio campeón fue uno de los equipos más destacados en este aspecto. De cara al Superclásico que definirá al campeón de la Copa Libertadores, tanto River como Boca deberán reforzar conceptos porque en los últimos partidos esto se transformó en un problema.

El dato estadístico que arroja Opta confirma esta situación, ya que tres de los últimos cuatro tantos sufridos por el Millonario llegaron a través de situaciones a balón detenido, mientras que en el caso Xeneize son cuatro de los últimos siete.

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En cuanto a Gallardo, sin duda es una cuestión preocupante que excede al certamen internacional. Pero entre semifinales y la ida de la final, solamente el gol de Wanchope Ábila fue en una acción combinada en pleno juego, ya que los dos de Gremio y el de Benedetto provinieron de sendos tiros de esquina.

Mucho más complejo es lo que padece el Mellizo: los goles por esta vía que sufrió en sus últimas presentaciones fueron el de Izquierdoz en contra durante la final, el segundo de Palmeiras en Brasil (más allá de una serie de cabezazos, comenzó con un tiro libre), el de Cruzeiro en Belo Horizonte y el segundo de Libertad (de penal).

De todas maneras, en cuanto a River hay una cuestión favorable y es que, al igual que en defensa, convirtió el 75% de los goles entre semifinal y final por esta vía: el descuento de Santos Borré en Porto Alegre, el penal del Pity Martínez en ese épico triunfo y el ya mencionado cabezazo contra su arco de Izquierdoz. Del otro lado, Boca no termina de destacarse en este rubro porque solo Benedetto, tanto en el 1-0 ante Palmeiras como en el 2-1 parcial del clásico logró celebrar de esta manera.