Todo equipo campeón necesita de un gran ‘número 1’ bajo sus palos. Qué mejor ejemplo de ello que Franco Armani, un arquero que llevó a dos de los equipos más importantes del continente a volver a alcanzar la gloria en la Copa Libertadores.
Las espectaculares actuaciones del nacido en Casilda fueron vitales en 2016 para que Atlético Nacional volviera a levantar el trofeo más importante de América tras 27 largos años de sequía. Aquella campaña disputó 1260 minutos en 14 partidos, recibiendo apenas seis goles durante toda la competición, solo dos en la fase de grupos. Una bestia.
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Precisamente, fue el nivel que mostró Armani a nivel internacional el que llamó a atención de River, un equipo grande que pedía a gritos desde hace varias temporadas un arquero con las cualidades de Franco para volver al Olimpo continental.
Y lo consiguió de inmediato. Menos de una temporada necesitó Armani en el club de Núñez para llevarlo directo a su cuarto título en la Copa. 14 partidos de titular, saliendo figura en cada uno de ellos por sus atajadas imposibles -como a Benedetto en La Bombonera, en el juego de ida, solo por mencionar una de varias- y apariciones en momentos claves, como en la semifinal ante Gremio, o antes enfrentando a Independiente, le regresaron al ‘Millonario’ la gloria continental.
“Siempre soy así. Lo disfruto, ganar una Copa Libertadoes. Ganarla de esta manera, lo disfruto al máximo porque no se vive todos los días, pero mi personalidad es así” dijo Franco en diálogo con Fox Sports sobre su tranquilidad en el momento de la victoria.
“Muchísimo porque todos estos días se han hablado miles de cosas, pero sabíamos que algo bueno iba a venir. Donde nos tocara jugar, algo bueno iba a venir y se disfruta el doble. Espero disfrutar esto y luego poner la cabeza en el Mundial de Clubes. Pensar en el primer partido, porque hay que ganar primero ahí para jugar con el Real Madrid conseguir el Mundial también” cerró el de Casilda.
Ese es Franco Armani, un arquero de garantías. Un sinónimo de título continental.