Cuando los partidos son apretados, sobre todo en una liga como la italiana en la que marcar un gol puede ser un verdadero problema, es necesario contar con jugadores de calidad que tengan o un momento de inspiración o que sepan aprovechar las oportunidades. Y este sábado, cuando parecía que Inter y Udinese iban a repartirse los puntos, apareció Mauro Icardi para darle el triunfo al conjunto de Luciano Spalletti en una nueva fecha de la Serie A.

En esta ocasión el argentino tuvo que concretar una pena máxima, al minuto 76, y lo hizo de una manera en la que su talento quedó evidenciado de nuevo: picó el penal. El remate, sutil y delicado, asombró al mismo arquero Juan Musso, quien se lanzó con todas sus fuerzas mientras vio cómo la pelota se metía mansamente. Eso sí, el guardameta fue responsable de que la cuenta no se abriera antes.

Celebración de la hinchada local, que tuvo que sufrir durante gran tiempo porque su equipo no podía concretar las pocas opciones que tuvo. Ya con el marcador a favor del local, el juego se abrió, Udinese adelantó sus líneas e incluso tuvo una oportunidad para igualar todo, pero por fortuna Samir Handanovic estuvo siempre bien ubicado en su arco.

Los minutos se esfumaron y el lujo de Icardi le permitió a Inter sumar su décima victoria en lo que va de la temporada, llegar a 32 puntos y estar cada vez más cerca de Napoli (35 unidades) y un poco menos lejos de Juventus que domina el calcio a placer.

Esta vez el trabajo colectivo se vio premiado por el lujo individual del capitán, del hombre que siempre aparece y de qué manera.