Franco Armani fue uno de los artífices de la Copa Libertadores obtenida por River Plate hace un par de semanas, evocando la historia gloriosa que escribió con Atlético Nacional en 2016, cuando también levanto el trofeo más deseado del continente vistiendo los colores del Verdolaga.

Indudablemente, Armani parece ser una garantía en el arco a la hora de planear proyectos que impliquen ganar títulos importantes, su disciplina y compromiso, solo son superados por su talento para impedir los goles de rival con atajadas, casi que providenciales.

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En medio de tanta gloria, el arquero argentino ha revivido una pesadilla, que también sufrió con el equipo colombiano hace tres años, participar en el Mundial de Clubes y no lograr llegar a la final, cayendo con equipos que, de no ser por la competencia de fin de año, no tendrían reconocimiento alguno en el panorama del fútbol mundial.

Con Nacional, Armani compartió la humillación de caer ante el Kashima Anthlers por goleada y con gol de taco incluido, una mancha que parecía querer lavar cuajando una gran actuación con River Plate en la presente edición.

Sin embargo, la pesadilla se hizo vívida con el Millonario y Armani volvió a tener una noche para el olvido, cómplice en el primer gol del Al Ain, el arquero aguantó y salvó a River en varias ocasiones de peligro, pero no tuvo suerte alguna en la tanda de penales, donde a pesar de adivinar la trayectoria de varios remates, no logró contener ninguno.

Otra página que Franco Armani desea pasar rápido y continuar con su exitosa carrera, pensando en todos los retos que presenta el 2019, tanto con el club de la banda cruzada, como con la selección Argentina, por lo pronto, el Mundial de Clubes sigue siendo la mayor pesadilla del excelente guardameta.