El clásico inglés no estuvo a la altura. Fueron más las expectativas generadas que lo que realmente se vio en la cancha. Fueorn 90 minutos fríos, sin emociones, sin goles y con lesiones en ambos equipos que afectaron el buen rendimiento de ambos equipos. Manchester United sigue invicto en Premier desde la legada de Solskjaer, mientras que Liverpool sumó un punto que le sirve para regresar al liderato de la Liga.

El fútbol inglés es de choque, de duelos físicos y muy tácticos. Y eso llevo a que los jugadores que no estén bien físicamente sufran. Eso se evidenció en el juego en Old Trafford. Fue mayor el trabajo para los fisioterapeutas que para los arqueros.

Al minuto 19, luego de un choque con Mohamed Salah, el español Ander Herrera sufrió un dolor en la pierna izquierda y tuvo que ser sustituido. Por él, ingresó Andreas Pereira. A los cuatro minutos, el lesionado fue su compatriota Juan Mata, quien también se dobló el pie al evitar un contragolpe de Liverpool. En su lugar ingresó Jesse Lingard. Además de las lesiones en Manchester, el minuto 31 tuvo que ser sustituido el brasileño Firmino, quien se dobló el tobillo y no pudo continuar en el juego. Lo relevó Daniel Sturridge.

Cuando terminaba la primera parte, Lingard sufrió una molestia y debió salir por el chileno Alexis Sánchez. Se esperaba que el segundo tiempo fuera diferente, con emociones y goles, como se esperó en la previa. Pero ambos equipos se vieron más pendientes de evitar que les anotaran goles que de vulnerar al rival. El Niño Maravilla presionaba a los laterales de los Reds en la salida, pero no tuvo el protagonismo para marcar la diferencia en el ataque.

Y terminó siendo un empate aburrido, sin embargo, es buen negocio para ambos. Liverpool, con los mismos 27 juegos de Manchester City, suma un punto más, llegando a 66. United sigue en puestos de competiciones europeas.