La Europa League tiene nombre y apellido. No hay un equipo que conozca mejor este torneo que el Sevilla, y en un partido de mucha exigencia los españoles dejaron el corazón y cuerpo en el campo para conseguir la sexta corona. Un 3-2 ante el Inter de Milan que fue sellado por un Luuk De Jong perfecto.

El tiempo no se puede perder cuando está en disputa un título de Europa. Sevilla e Inter sabían eso y fueron a buscar la ventaja con pocos minutos en el reloj. Desde que arrancó el partido se mostró la intención de ambos equipos, intensidad y efectividad en la última jugada fue lo que determinó el rumbo del partido.

No habían pasado ni cinco minutos en el partido, cuando se marcó un penalti a favor del Inter por una falta en el área a Romelu Lukaku de Diego Carlos. El jugador belga no dudó, tomó el balón y lo colocó al costado dejándolo imposible para Bono. El 1-0 llegaba, con promesa de varios goles.

Desde ahí, la lluvia de goles se hizo presente. Sevilla no se achicó y de inmediato se fueron al ataque en busca del empate. Fue al minuto 11 que apareció la magia de Navas, el capitán español lució por el costado y sacó un centro directo al área a donde cerraba Luukk De Jong. El holandés puso un cabezazo letal para el 1-1.

La tensión fue subiendo poco a poco, los equipos no dieron ni tiempo para respirar. Una verdadera batalla entre guerreros que siguieron peleando cada balón. La estocada que parecía adelantaba a los sevillistas, otra vez de la mano de De Jong. Una falta en los linderos del área cobrada por Banega dejó la posibilidad para el holandés, que nuevamente les ganó el saltó y con un cabezazo letal puso a los españoles al frente.

Cuando la alegría ya estaba del lado de Sevilla, una falta regalada por Diego Carlos, le dio otro tiro de castigo al Inter. Diego Godín brincó en el área para darle dirección al balón y así cayó el empate. Un 2-2 de gran alarido y emoción que hasta el momento no dejaba a un favorito para llevarse la corona.

Fuente: MARCA.