El Barcelona se queda con la Copa del Rey tras derrotar al Alavés por 3-1 en el Vicente Calderón. De la mano de un inspiradísimo Leo Messi, el Barça despide a Luis Enrique de la mejor manera, con un título, el segundo de la temporada, noveno desde que el asturiano llegó al Camp Nou hace tres temporadas.
El Barça no necesitó más que un tiempo para doblegar al Alavés. Con goles de Messi, Neymar y Alcácer, el cuadro azulgrana se impuso con claridad ante el equipo de Mauricio Pellegrino. El 1-1 lo marcó Theo con un gran disparo, imposible de frenar para Cillessen.
No arrancó cómodo el Barça frente al duro Alavés que, bien plantado en su campo, le cerraba todos los circuitos al cuadro azulgrana. Ni habían pasado 10 minutos, cuando Luis Enrique agitar el banquillo: Mascherano se marchó lesionado (una herida contusa frontal con conmoción y una lesión en la rodilla derecha) y en su lugar saltó al campo André Gomes.
Neymar era el encargado de desbravar a la defensa del cuadro vasco hasta que apareció Messi. Una gran jugada entre el 10 y el 11, terminó en la red de Pacheco después de un remate calibrado del argentino. Pero el Alavés contestó rápido. Theo clavó un tiro libre fantástico en el ángulo de la potería de Cillessen. El Barcelona no perdió su libreto. Movió el balón hasta que encontró su oportunidad. Neymar fue el comienzo y el fin del segundo gol. Se sacó de encima a dos jugadores del Alavés y le dio el balón a Messi. El 10 abrió para André Gomes, que volvió a mirar a Neymar para que firme el 2-1. Y antes del cierre del primer tiempo, apareció otra vez Messi. Una gran apilada del 10, dejó solo a Alcácer. El delantero no falló.
Todo pasó en el primer tiempo. El Barça no quiso arriesgar, tampoco el Alavés. El Barcelona intentó cuidar el balón mientras que el equipo vasco no quería desbocarse en ataque. Parecía un pacto de no agresión, que se rompió cuando Messi se encaró con Rubén Sobrino. Consecuencias: una amarilla para cada uno. El Alavés cerró un gran año en el Calderón. En su retorno a Primera, finalizó noveno en la Liga y alcanzó la final de la Copa del Rey. El Barça, en cambio, sin Liga ni Champions, se quedó con la Copa como premio de consuelo.