Llegó a Buenos Aires en 2007. Se probó en Banfield, pero el Taladro no tenía la plata para pagarle a San Martín de Mendoza. Pasó a Lanús y allí realizó las inferiores. Pasó los seleccionados juveniles. En 2011, Alejandro Sabella lo convocó a la mayor antes de que debute en Primera División. En 2014, sin rodaje, pasó a Arsenal a préstamo. Estando allí, sufrió un secuestro y un mal pasar futbolístico. Volvió al Grana, la rompió y llegó a la final de la Copa Libertadores. Se iba a ir a Europa, pero ahora lo quiere Boca. Si algo no le faltó a la película de Esteban Andrada, fue acción.
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El arquero nació el 26 de enero en San Martín, Mendoza. Antes de partir a la gran ciudad, su padre falleció en un accidente de tránsito y tuvo que salir a trabajar para mantener a la familia. Pero su sueño era estar abajo de tres palos y se fue a Buenos Aires en busca de oportunidades. Fue el Grana quien finalmente le abrió las puertas para formar parte de ese proyecto encabezado hace ya más de 10 años por Ramón Cabrero y que todavía se mantiene.
Su primer partido oficial fue en 2012, ante Barracas Central, por Copa Argentina, pero venía destacándose en el sub 20 que por entonces conducía Walter Perazzo. Al DT le encantaba. “Tiene mucha personalidad. Va a ser un grande”, supo decir. Su mejor momento llegó en el Mundial juvenil de Colombia, en 2011, donde le convirtieron un solo gol en cinco encuentros. ¿El detalle? La Albiceleste quedó eliminada por penales ante Portugal. Andrada detuvo el segundo y el tercero, pero sus compañeros no pudieron hacer pesar la diferencia y se quedaron afuera.
Los tiros desde los 12 pasos serían algo que lo marcarían a lo largo de su carrera. Y es que después de dos temporadas de inactividad y un pésimo paso por el Viaducto, en donde recibió más de 60 tantos entre el 2014 y el 2015, regresó a su casa. Jorge Almirón lo recibió y en diciembre de 2016, tras la lesión de Matías Ibáñez, le dio la titularidad. Jamás volvió a salir y en la Libertadores del año siguiente se encargó de llevar al equipo al choque definitorio, siendo figura en el cruce ante San Lorenzo, donde tapó dos tiros en la definición por penales.
Ese fue, otra vez, el punto de partida para su carrera. Desde allí, solo creció. Lo vinieron a buscar de Europa, pero su pase a Villarreal no se cerró y, ahora, desvela a Guillermo Barros Schelotto y Daniel Angelici. Es quien pica en punta para ocupar el puesto que el cuestionado Agustín Rossi no puede terminar de llenar. “El próximo martes definiremos. Es él o Marcos Díaz”, dijo el presidente xeneize. La saga Andrada continuará…