Que Independiente tuvo un 2017 histórico, sobre todo en el segundo semestre, es indudable. De la mano de Ariel Holan, el Rojo conquistó la Copa Sudamericana y volvió a mostrarle al continente su mística. Mucho tuvo que ver en su conquista la figura actual del plantel, Maximiliano Meza, protagonista de una llamativa historia: su estreno en la Selección argentina fue en la dura derrota 1-6 ante España, en Madrid, pero su atrevimiento a la hora de jugar aquel partido, donde fue el único punto destacado, le abrió la puerta de la soñada Copa del Mundo.
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Maximiliano Eduardo Meza nació el 15 de diciembre de 1992 en Caá Caatí, una pequeña ciudad, capital del departamento de General Paz, en la provincia de Corrientes, en el noreste argentino. Mientras se lucía en el club Cambá Porá, en el 2010 fue visto por Darío Ortiz, quien trabajaba en las divisiones juveniles de Gimnasia de La Plata y rápidamente le vio pasta de crack. Llegó al Lobo con edad de quinta división y, tres años más tarde, tenía su debut en la Copa Argentina, ante Douglas Haig de Pergamino.
Logró el ascenso con el Tripero a los pocos meses, formando parte de los planes de Pedro Troglio como primera alternativa en el banco de suplentes. Ya en Primera, comenzó a sumar más minutos y a transformarse en titular, ya sea como mediocampista derecho o izquierdo. Luego de 109 partidos y 13 goles, Gabriel Milito lo pidió para Independiente: cuando iniciaba la temporada 2016-17, decidió pagar la cláusula de tres millones de dólares luego de una ardua negociación. En ese momento, Gustavo Alfaro, entrenador del equipo platense, ya adelantaba que había perdido al mejor jugador de su equipo y a una futura estrella.
En el Rojo no le fue fácil acomodarse y alternó la titularidad con otros partidos como suplente. Pero Ariel Holan se la jugó por él y poco a poco se transformó en una pieza clave, dada su polifuncionalidad: Meza jugó de doble 5, de extremo por ambas bandas y hasta de enganche. En la Sudamericana convirtió tres goles, uno de ellos en la ida de la final ante Flamengo .
Maxi vivió el sueño por el que luchó toda su carrera: estar en un Mundial. Después de aparecer en la nómina de 35 preseleccionados por Jorge Sampaoli, le ganó la pulseada a Ricardo Centurión y a Diego Perotti para ser uno de los mediocampistas de la lista de 23. No sólo eso: fue luego titular ante Islandia y Croacia, e ingresó en los duelos frente a Nigeria y Francia, diciendo así presente en todos los compromisos argentinos de la última Copa del Mundo.