Mientras Robbie Williams le ponía punto final a la breve pero efectiva inauguración del Mundial, entre los miles de hinchas rusos que inundaron el estadio Luzhniki (y los millones que observaban por televisión) todavía reinaba la incertidumbre sobre lo que podían esperar de su equipo en el partido inicial contra Arabia Saudita: el conjunto de Stanislav Cherchesov llegaba al partido sin haber ganado un partido en el año y con una racha de siete encuentros consecutivos sin conseguir una victoria. Sin embargo, todo el escepticismo tardó menos de un cuarto de hora en disiparse y se transformó en ilusión total con el 4-0 final.

Apenas 12 minutos de juego habían transcurrido en el encuentro cuando Yuri Gazinskiy se elevó en el segundo palo para cabecear un centro desde la izquierda a la salida de un tiro de esquina y marcó el primer gol de esta Copa del Mundo. Ese 1-0 fue todo lo que necesitó el local para derrumbar a una Arabia Saudita que deberá cambiar mucho en su próximo partido para no empezar a ganarse el mote de peor equipo del certamen.

Con problemas defensivos impropios de un torneo de este nivel y un juego de posesión tan prolijo como intrascendente, el seleccionado de Medio Oriente en ningún momento fue rival para los rusos, que dominaron el trámite a su gusto y empezaron a dejar definida la historia antes del final del primer tiempo gracias a un muy lindo gol de Denis Cheryshev, que había ingresado unos minutos antes en reemplazo de Alan Dzagoev, quien sufrió una lesión muscular que fue la única mala noticia de la tarde para los de Cherchesov.

En el segundo tiempo, tras un leve intento de los árabes por reaccionar, en el que se vieron algunas dudas defensivas en las que los anfitriones deberán trabajar, el partido retomó su cauce normal y terminó de resolverse con el gol de Artem Dzyuba, que marcó en la primera pelota que tocó. Sobre el final, Cheryshev sumó el segundo grito a su cuenta personal y Golovin decoró la goleada con un gran tiro libre.

Tras las dudas de la previa, Rusia sumó tres puntos y consiguió una diferencia de gol que pueden ser muy importantes en un Grupo A donde, salvo Uruguay, ningún otro equipo es candidato a clasificarse con holgura a los octavos de final. De todos modos, el local debe tener algo bien claro: ninguno de los dos partidos que le quedan será tan sencillo como éste del debut. Y ahí deberá mostrar si verdaderamente está a la altura de las circunstancias.

 

Fuente: OPTA