El Superclásico se mantiene como la última alegría que Colo Colo le dio a su gente. Ante Palestino, alcanzó su décimo partido sin conocer la victoria y así igualó la peor racha de su historia, cuando el Cacique de 1985, dirigido por Pedro García, empató seis veces y perdió cuatro. Esta vez cayó en seis oportunidades, empató las restantes y tiene la chance de cortar sus decepciones ante Huachipato, tal y como lo hizo hace 33 años (3-0 en Santa Laura el 15 de agosto, con goles de Juan Gutiérrez, Raúl Ormeño y Víctor Cabrera).

El de este domingo fue un 0-0 por donde se le mire. Casi sin llegadas, con un conjunto árabe sumando un punto que le suma aire en su maratónica tarea por salvarse del descenso y un local que, sin público, trasladó la pena de sus tribunas vacías a la cancha David Arellano, donde apenas se anotó una zurda de Jaime Valdés que salió desviada, y una derecha del propio Pajarito que Sebastián Pérez se encargó de enviar al córner. Aunque iba afuera. Una por tiempo del mejor de un equipo en decadencia que incluso terminó con Esteban Paredes tempranamente expulsado por reclamarle a Piero Maza.

En el otro arco, Agustín Orion salvó las monedas con dos paradas que impidieron que el triunfo viajase hasta La Cisterna. Sobre el borde del entretiempo, Luis Jiménez maniobró en el área colocolina, Diego Torres centró atrás para Agustín Farías y el argentino probó al ex xeneize desde lejos. En el rebote, Matías Campos López la dejó estampada en el palo. Y a quince del término, José Luis Muñoz y Guillermo Soto se juntaron en la diestra del ataque árabe y Orion achicó el mano a mano con Roberto Gutiérrez, quien luego del fútbol fue sincero y acertado: “Fue como un partido de entrenamiento“.