La Copa Libertadores 2018 conocerá a su campeón el próximo sábado 24, cuando River reciba a Boca en la revancha de la final, luego del 2-2 en el partido de ida jugado en La Bombonera. Y una vez que finalice el encuentro, ya sea en los 90 minutos si hay un ganador, en el alargue o a través de los penales, se llevará a cabo la tradicional ceremonia de premiación al ganador y al equipo derrotado.

¿Qué dice el protocolo de CONMEBOL acerca de este evento? Concluido el partido, se montará un escenario próximo al centro del campo y aparecerán en escena Gianni Infantino, máxima autoridad de FIFA; Alejandro Domínguez, titular de CONMEBOL; representantes de las empresas que patrocinan la competencia; Claudio Tapia, presidente de AFA; Rodolfo D’Onofrio y Daniel Angelici, mandatarios de los clubes participantes de la definición; otros dirigentes de menor rango tanto de las instituciones como del organismo sudamericano.

Los primeros en subir para ser distinguidos serán el árbitro, los jueces de línea, el cuarto árbitro y los responsables del VAR; posteriormente, acudirá el plantel perdedor a recibir la medalla plateada; finalmente, el equipo ganador recibirá la presea dorada y su capitán levantará el trofeo, entregado por Infantino y Tapia, mientras se arrojan fuegos artificales desde las afueras y papelitos del color del vencedor a los costados del estrado, mientras su rival permanece en el campo de juego masticando bronca por la caída, pero con muestras de respeto.

Por último, será el turno de la vuelta olímpica y, de acuerdo a la tradición, los futbolistas correrán algunos metros y se arrojarán hacia la copa, ubicada en uno de los arcos. Recién ahí podrán retirarse al vestuario y continuar la celebración.

El reglamento también es claro respecto a lo que ocurre si no se cumple al pie de la letra: en su artículo 26 inciso 4, recalca que “El trofeo CONMEBOL Libertadores y las medallas al campeón y subcampeón serán entregados en una ceremonia de premiación inmediatamente al finalizar el segundo partido final en que se dirime el campeón. El protocolo y la organización de la ceremonia de premiación corresponde exclusivamente a la CONMEBOL. La asistencia de ambos equipos es obligatoria. El incumplimiento de estas obligaciones constituye infracción disciplinaria, encontrándose facultados los órganos disciplinarios de la CONMEBOL para imponer las sanciones que de conformidad con el Reglamento Disciplinario de la CONMEBOL pudieran corresponder.”

Claro está, todo esto se plantea en un escenario ideal que no preve una consagración de Boca en terreno de su archirrival, lo cual podría obligar a CONMEBOL a revisar su estructura de premiación. De ser campeón el equipo de Guillermo Barros Schelotto, ¿podría modificarse el esquema y ser trasladado a La Bombonera?