Diego Milito acababa de hacer cuatro goles, por única vez en su vida. Iba caminando por el césped de La Romareda, estadio de Zaragoza, después de haber ganado la ida de la semifinal de la Copa del Rey de 2006, mostrando una sonrisa que parecía imposible de borrarse. Hasta que escuchó declarar a Iker Casillas. El arquero, su rival, hablaba en la televisión: “Ha sido una derrota muy dura, pero somos el Real Madrid y en casa daremos pelea”. El 6-1 parecía un pase directo a la final. Pero Leonardo Ponzio, lateral derecho de aquel equipo conducido por Víctor Fernández, todavía recordará lo que fue el sufrimiento de la vuelta en el Santiago Bernabéu, donde este domingo disputará con River y contra Boca la gran final de la CONMEBOL Libertadores.

El 15 de febrero de 2006, Ponzio padeció la goleada en contra que más festejó en su vida. Porque Zaragoza cayó en el Santiago Bernabéu por 4-0 y terminó pasando a la final de la Copa del Rey. Pero se sufrió. Mucho. Apenas a los 57 segundos del primer tiempo, Cicinho agarró el rebote de un córner, pateó y ya perdían por uno. El control total era de los locales, que alinearon a Zinedine Zidane, a Ronaldo (el Fenómeno), a Roberto Carlos, a David Beckham y a Robinho -entre otros-.

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Tres minutos más tarde, otra vez: Robinho ponía el 2-0. Y, por si el sufrimiento no era poco, a los 10 del primer tiempo, Ronaldo metió el tercero. Los cinco gritos de diferencia que había sacado el Zaragoza parecían servir de poco. Ponzio había llegado en 2003 al club español, desde Newell’s, apenas con 21 años. En aquel equipo que fue al Santiago Bernabéu a sobrevivir, compartía plantel con los argentinos Gabriel y Diego Milito, y con el mítico el brasileño Savio Bortolini. Tiempo después, llegarían Andrés D’Alessandro, Roberto Ayala y Pablo Aimar. Pero, para aquella gesta, todavía no eran parte.

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La pregunta, entonces, es cómo hizo Zaragoza para ganar aquella semifinal de Copa del Rey, ya perdiendo 3-0 a los 10 minutos. Antes, en octavos había sacado a Atlético Madrid y en cuartos al Barcelona de Ronaldinho -con Lionel Messi entre sus integrantes-. Sorprendentemente, el segundo tiempo, los merengues ya pudieron superarlos con tanta facilidad. A los 15 del segundo tiempo, Roberto Carlos metió el 4-0. Quedaba media hora. Con un grito más, le alcanzaba al Real Madrid. Pero ese último grito no llegó. Zaragoza llegó a la final.

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Ese fue uno de los partidos que jugó Ponzio en el mítico Bernabéu. Antes, había jugado: el 30 de abril de 2011 (2-3), el 19 de diciembre de 2009 (6-0), el 30 de octubre de 2005 (0-1, única victoria) y el 13 de marzo del 2004 (1-1). Aunque su partido de mayor gloria contra Real Madrid no se jugó en el estadio donde se enfrentará con Boca el domingo próximo en la gran final de la CONMEBOL Libertadores: en Barcelona, el 17 de marzo de 2004, en el estadio Olímpico, ganó la final de la Copa del Rey.