El Real Betis se anima en la liga. Necesitaba no prolongar su mala racha de resultados para acudir con moral al Sánchez Pizjuán. Más allá de rivalidades, se jugaba no despedirse de una temporada que se prometía ilusionante, y que a falta de más de un mes podría girar en anodina. Se hubiera quedado sin liga, sin Copa del Rey en semifinales y sin Europa League en dieciseisavos de final. Con un estado semivacío, se llevó un partido que se llenó de tarjetas y que fue vistoso para el espectador. Una gran segunda mitad frente a un equipo, el Villarreal, con la moral minada tras lo ocurrido en Vigo y ante el Barcelona, le valió para atar los tres puntos a pesar de llevarse el susto del último minuto con el penalti fallado por Santi Cazorla.

El encuentro enloqueció nada más dar vía libre Estrada Fernández. Un poste involuntario favorable al Real Betis, un disparo de Chukwueze y una buena acción de Sergio Asenjo a los pies de Tello sirvió de antesala para los dos goles que se marcaron en la primera mitad. Si Giovanni Lo Celso fue el que filtró de tiralíneas al propio Tello, ahora el argentino sería el beneficiado por el pase en profundidad de Andrés Guardado para batir de preciosa cuchara ante la salida desesperada de Sergio Asenjo anotando su décimo tercer tanto con la casaca verdiblanca (dos más que en toda su andadura en Francia). Acto seguido y sin solución, empataba el Villarreal. Funes Mori remataba en la frontal del área pequeña de forma inapelable un gran centro del máximo asistente de la historia del club groguet (Santi Cazorla 36). William Carvalho se despistaba y Pau López se quedaba bajo palo. En consecuencia, 1-1 en el primer cuarto de hora.

A partir de ahí, parsimonia a ritmo del juego de Quique Setién. El toma y daca regresó pero ya no fue con la lucidez necesaria para estar fino en los metros finales. Daniele Bonera se anticiparía providencial en la mejor ocasión bética pero el italiano resultaría lesionado. Cambio obligado y Javi Calleja que reestructuraba el sistema de tres centrales a línea de cuatro convirtiendo a los carrileros en laterales. Los verdiblancos se aproximaban más pero el acercamiento más claro fue meditérrano. Falta propicia para Santi Cazorla que buscó el palo largo, Pau López despejó, la jugada siguió hasta el punto que Mario Gaspar se adentraba “hasta la cocina” (algo que había probado antes Chukwueze sobre la cal) para disparar a las nubes.

Quique Setién comentó al descanso que el partido se ganaba con cabeza. Y en los primeros diez minutos los heliopolitanos fueron un vendaval. Jesé rozó el palo escurriéndose, Tello lanzó a palos cuando remató desde dentro del área, Sergio Canales no encontró la escuadra de milagro y Aissa Mandi peinó en demasía un saque de esquina del propio cántabro. Percutieron los verdiblancos pero no abrían la lata. Un breve respiro de cinco minutos y a la carga. Jesé se intercaló muy bien entre Víctor Ruiz y Funes Mori para superar a Sergio Asenjo y rematar ya forzado al lateral de la red. A continuación, Emerson volvió a probar los reflejos del meta palentino. Y en medio del aluvión, y después de un sinfín de rechaces, Giovanni Lo Celso llevaba el delirio a las gradas de un Benito Villamarín que empezaba a encresparse. Primer doblete del argentino en LaLiga que igualó de esta forma a Sergio Canales como el máximo goleador del Real Betis esta temporada.

Apareció entre aplausos de Joaquín que la tuvo para sentenciar. La afición heliopolitana llevaba reclamando un tiempo que Quique Setién, con el marcador ajustado a favor, no jugara tan alegre y cerrara los partidos. Dicho y hecho. Javi García quitó al único delantero que había: Jesé. Y casi lo paga porque, en la única aproximación peligrosa groguet sobre el área verdiblanca, se saldó con una mano aparatosa de Marc Bartra. Ni el VAR salvó la pena máxima que ejecutó Santi Cazorla rematando al centro con la sorpresa que Pau López no se movió para detener. Dos penaltis ha parado el catalán en su trayectoria liguera (uno, éste, en el 89 y otro en el 94). De esta manera se sellaba un 2-1 que sirve, por un lado, para no descolgar a los béticos de la lucha europea y afrontar con adrenalina el derbi del Sábado de Pasión y, por otro, para devolver, con un importante derbi europeo en el horizonte, al Villarreal a los puestos de descenso.