Gabriel Barbosa fue el hombre decisivo de la final de la Copa Libertadores, con dos tantos en los minutos finales que le permitieron a Flamengo darle vuelta el partido a un River que parecía estar empezando a festejar el título. Con sus gritos, Gabigol no sólo se confirmó como el máximo artillero del certamen, con nueve, sino que también logró igualar un hito que sólo había conseguido Juan Román Riquelme en la edición 2007 del certamen.
Al igual que el ídolo de Boca, el brasileño se coronó campeón habiendo anotado goles en todas y cada una de las instancias eliminatorias del torneo: en octavos, cuartos, semis y en la gran definición en Lima, siempre hubo al menos un gol del atacante, de 23 años y cuyo pase pertenece a Inter de Milán.
Después de haber marcado apenas dos tantos en toda la fase de grupos, la racha del atacante comenzó en el Maracaná, en el partido de vuelta de los octavos de final, frente a Emelec: Gabigol marcó los dos tantos en el triunfo 2-0, que le permitió al Mengao alcanzar los penales y clasificarse por esa vía. En cuartos, en tanto, también marcó en la revancha, aunque esta vez de visitante: tras ganar 2-0 como local, el Fla perdía 1-0 contra Internacional en Porto Alegre, hasta que Barbosa, a los 41 minutos del segundo tiempo, anotó el 1-1 y derrumbó cualquier posibilidad de remontada. En semis, por último, marcó un doblete en la goleada 5-0 de la vuelta sobre Gremio.
Riquelme, por su parte, fue la gran figura de aquella Libertadores que el Xeneize ganó de la mano de Miguel Ángel Russo. En total, Román marcó 8 tantos en aquella Copa: después de hacer uno en la fase de grupos, fue decisivo en los octavos contra Vélez, al que le anotó en el 3-0 de la ida y luego, en la vuelta, le convirtió un golazo olímpico que significó la clasificación a pesar de la caída 3-1. En la revancha de cuartos de final contra Libertad, en tanto, el Diez jugó uno de sus mejores partidos con la azul y oro y marcó uno de los goles del 2-0 que selló el pasaje a la siguiente instancia. Ya en la revancha de la semi, en el recordado partido de la niebla, la metió de tiro libre para el 3-0 sobre Cúcuta con el que Boca revirtió la caída 3-1 de la ida. Y en la final frente a Gremio brilló como nadie: hizo uno en el 3-0 en la ida en La Bombonera y marcó un doblete en Porto Alegre para el 5-0 global de la serie.