El nombre de Gustavo Gómez lleva rápidamente a los hinchas de Boca a los últimos mercados de pases, como protagonista de la novela más importante para el club en los últimos recesos, sin final feliz al menos para Guillermo Barros Schelotto, responsable principal de la insistencia por incorporarlo a su equipo.

Las vicisitudes del fútbol lo pusieron en la vereda de enfrente en lo que a la serie de Copa Libertadores se refiere . Cansado de las negociaciones con Daniel Angelici, el paraguayo recaló en Palmeiras, el rival del Xeneize en las semifinales del certamen continental. Y su recuerdo de aquellos días de idas y vueltas no son de lo mejor.

Hace algunos días, el zaguero fue tajante sin necesidad de mencionar a Boca: ” Doy gracias a Dios por ponerme en este lugar y por darme la sabiduría de decidirme por Palmeiras, la verdad es que estoy muy feliz yo y mi familia “, aseguró.

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Si bien los primeros intentos de Boca fueron en enero, sin lograr el acuerdo con Milan para un préstamo, el punto más álgido se dio a mediados de año: con todo prácticamente acordado después de un sinfín de ofertas y contraofertas con el Rossonero, una cláusula pedida por el jugador en relación a la cotización del dólar terminó de alejarlo, incluso después de la revisión médica de rutina, la grabación de un video institucional y una charla con el Mellizo , que prácticamente lo contaba para la segunda parte del 2018. Mientras el futbolista pedía que su salario esté sujeto al valor de la moneda estadounidense, desde el club se pusieron firmes en colocar un “techo” , sin imaginar que dos meses después llegaría a 40 pesos argentinos, lo que en cierta forma les dio la razón.

Gustavo Gomez Paraguay

Por supuesto, a Gómez no le cayó nada bien y en aquel momento disparó que ” los dirigentes brasileños se portaron muy bien conmigo desde el primer momento. Son muy serios, te llaman directamente, no mienten y no publican nada en la prensa. Cumplieron con todo lo prometido “. Otra vez, sin mencionarlo, le tiró con munición gruesa a Angelici.

El paraguayo, al que Barros Schelotto dirigió en Lanús, llegará a La Bombonera con una estadística que lo respalda: jugó 10 partidos en el Brasileirao y Palmeiras ganó ocho de ellos, empatando los dos restantes, además de convertir dos goles . También sumó un puñado de minutos en el triunfo ante Colo Colo en Santiago por la Copa Libertadores. Es decir, si está en la cancha, el equipo no pierde. ¿Aprovechará Felipao a su “amuleto” con sed de revancha?