“La llave no está cerrada. Tenemos una vida”. Gustavo Alfaro habla en conferencia de prensa y todavía se muestra con fuerza para pensar en cómo dar vuelta un 2-0 que parece más contundente de lo que lo hace sonar. River sacó la chapa de campeón y a Boca, el tiro le salió por la culata. Y ahora, tendrá que buscar un resultado que no se le da hace cuatro años.

Es que el Xeneize ostenta una racha bastante negativa ante el Millonario jugando como local, en donde no gana desde 2015. Aquella vez, con Rodolfo Arruabarrena a la cabeza y justo en la previa de los choques por la Copa Libertadores de ese año, se llevó el último triunfo en casa. Fue justo por 2-0, el mismo resultado que necesitaría esta vez para dar forzar los penales. Desde entonces, pasaron seis enfrentamientos: tres empates y tres derrotas acumula La Bombonera.

Para encontrar un resultado con una diferencia de tres goles o más como local, hay que remontarse al Torneo Clausura 2001, cuando con goles de Ibarra, Riquelme y Guillermo ganó por 3-0. El recordado día del “Topo Gigio”, la dedicatoria de Román a Mauricio Macri, actual Presidente de la Nación.

Entre medio de aquella goleada en 2001 y el resultado más reciente de 2015, hay otros dos 2-0 más: el primero, en el Clausura 2010 con dos goles de Gary Medel, y, el segundo, un año más tarde, en 2011, con un tanto en contra de Juan Pablo Carrizo y otro de Palermo.