El Atlético de Madrid afronta un verano en el que no están previstos grandes desembolsos. Las estrecheces económicas de los rojiblancos son bien conocidas y el club arrastra este año el hecho de no haber pasado la fase de grupos de la Liga de Campeones con su consiguiente pérdida que ahora tiene que compensar.

Esta situación choca frontalmente con la realidad de una plantilla, que aún habiendo mejorado su rendimiento en la segunda parte del curso, ha demostrado que tiene carencias y, sobre todo, que se he revelado como corta en momentos importantes en los que el calendario apretaba. En todo caso, lo que pueda pasar este verano en las oficinas del Metropolitano, va a estar también muy marcado por un nombre propio, el de Joao Felix.

Renovación de jugadores importantes. Morata el primero.

En una plantilla en la que no se han recibido ofertas importantes, otro nombre que destaca en el mercado es el de Álvaro Morata. Su rendimiento no ha terminado de despejar las dudas de los más escépticos pero es cierto que su temporada puede ser calificada como aceptable.

La ausencia de nombres importantes para reforzar la delantera y las ganas del internacional español de renovar, han hecho que los acontecimientos se hayan precipitado y, a pesar de que la Juventus, parecía dispuesta a volver a intentar su fichaje, su futuro pasa por el Metropolitano con una renovación a la baja hasta 2026 y es que hoy por hoy y debido a las estrecheces económicas de las que hablábamos, nombres como los de Vlahovic se escapan de la órbita rojiblanca.

La inyección económica que no llega

Cuando el Atlético cedió al portugués al Chelsea, la intención era clara: se pretendía que en Londres se revalorizara y los ingleses terminaran comprándolo por una cifra que, al menos, minimizara las pérdidas de la gran inversión -126 millones- que los colchoneros hicieron hace cuatro años.

La jugada no ha salido, más allá de algunos destellos, el rendimiento del luso no sedujo a los dirigentes del Chelsea y, mucho menos, a su nuevo entrenador, un Thomas Tuchel que nada más aterrizar en su nuevo destino, ya dejó muy claro que no contaba con él de cara a su nuevo proyecto.

Así las cosas, el horizonte pasa por una nueva cesión, una venta por una cantidad que estaría muy lejos de lo deseado o la vuelta del jugador, algo que parece una quimera tal y como terminaron las cosas con el Cholo Simeone.